“La vocación del maestro como proyecto de vida desde la Teoría de la Complejidad en el desarrollo de la praxis educativa”
Neria Rodríguez (COR ZULIA)
Yo sólo sé que no sé nada”
Sócrates
(470 a. C. - 399 a. C.)
Entender algo tan intangible como lo es la Vocación Docente es difícil para el Ser Prosaico, materialista, utilitario. El término Vocación -proviene del latín: vocāre; es decir, llamar,- define a la llamada o inclinación para ejercer una profesión, en este caso, la profesión docente. Cuando la persona se hace consciente de esta vocación genera una direccionalidad a su existencia constituyéndose en un proyecto de vida personal para poder ejercer profesionalmente la carrera docente. Asume la profesión como algo intrínseco a su Ser, … asume un compromiso moral con su Identidad Docente.
En el momento tan confuso, diverso y dinámico en el cual vivimos, el maestro se pregunta cómo actuar y cómo ejercer su profesión bajo los parámetros de la ética. Acepta la responsabilidad que la sociedad le otorga, pero una enorme dificultad se le presenta en su praxis educativa por las disyuntivas que la vida cotidiana le ofrece.
Desde la Teoría de la Complejidad le parece complicada la respuesta pero quizás es el paradigma que puede darle el esclarecimiento adecuado.
En un mundo signado por la incertidumbre, la variabilidad, la ambigüedad y el desequilibrio (dimensiones de la Complejidad) debe apostar[i] por un sistema multi, inter, intra y transdiciplinario, por una conducta altruista, solidaria y responsable, aceptando el antagonismo complementario que se evidencia entre el Individualismo que aísla pero que a su vez es múltiple y colectivo. En la Simplicidad no podrá entenderlo. Debe negarse a la atomización del pensamiento que desagrega lo que está ligado y unifica lo heterogéneo, para permitirse distinguir sin desarticular; rechazar la anonimización que le cierra al disfrute de la convivencia con el Otro ( el prójimo), y la mercaderización que pone precio a cada ser y a cada objeto del mundo; reconocer la conciencia del riesgo y de la incertidumbre como lo único seguro de ese mundo.
El maestro tiene el deber de formar al alumno para proteger al planeta y a su entorno inmediato, protegiéndose a si mismo; enseñando la comprensión humana con las razones de las acciones de los seres humanos y el por qué de sus actos; preparándolo para la convivencia con el diálogo y la tolerancia, induciéndolo a que comparta saberes y goces estéticos, a llevar una relación sana con la naturaleza protegiendo su planeta; a la lucha contra el Egocentrismo que desintegra el tejido social; a prepararse para lo inesperado, que sepa organizarse en las confrontaciones, en fin que acepte el azar como lo común y que las decisiones que tome las contraiga con responsabilidad humanista.
El hombre prosaico dirá: eso con qué se come… no genera productividad, ..no me da beneficios, …con eso no voy al mercado, …como cuantificamos eso para conocer los costos, …me parece una visión pueril, “comeflor”, e incluso, dentro de la inestabilidad familiar que provoca con su visión cerrada, todavía creerá y expresará…¡ no tengo porque salvar al mundo, mi problema es mi familia, mi entorno inmediato!, aunque en la búsqueda de sus propios placeres y comodidades individuales, los está constantemente descuidando. De este modo desdeña la idea que todo lo que sucede está inexorablemente asociado a múltiples situaciones conectadas entre sí.
Complejidad… complexus…tejido, lo que está tejido en conjunto vs Reducción de los hechos en entidades simples a las que no se les confiere la pluridimensionalidad que abarcan. De allí las crisis, los conflictos, las decepciones, la violencia… la erradicación del Amor.
Maestro, Maestra, los cambios, la incertidumbre, el desequilibrio, la duda, es la constante. ¿Qué sé yo de eso? Yo sólo se que no sé nada.
Disfrutemos plenamente de esta convivencia sana que nos identifica: Encuentro de Educadores.
[i] (El término “Apuesta” como decisión o elección consciente del riesgo, opción responsable ante múltiples alternativas con el riesgo de equivocarse)
